4 SEÑUELOS PARA TARARIRAS
Cuatro señuelos que no pueden faltar para el comienzo de la temporada de tarariras.
Ranas de PVC con spinner
Ranas de goma hay en muchos tipos y tamaños, con diferentes formas de propulsión. El modelo de la foto muestra un spinner metálico y delgadas patas, que al menor movimiento ondulan como una bandera en la brisa.
Si bien se trata de señuelos económicos, a la larga resultan bastante caros ya que las dentelladas de Hoplias rompen muchos por salida. Aun así constituyen un engaño insustituible. Un “top one” al que muchos spinningueros consideran rayano en lo antideportivo, ubicado inmediatamente por debajo del espinel y la boya plop con carnada (sólo se trata de una broma, pero una broma muy ilustrativa).
Mientras la rana con hélice, como los Buzzers, descolla en aguas bajas y vegetadas, la rana con voladora es imbatible en un ámbito muy particular: la playa barrosa, de aguas leonadas y limpia de vegetación acuática. Es decir, el lugar en que estos cazadores gustan asolearse con los primeros rayos fuertes de la primavera. Cierro los ojos y recuerdo sitios similares en Las Perdices, Chis Chis y, sobre todo, en los bajos del Río de la Plata, donde habitan verdaderos perros que duplican o triplican el promedio lagunero. En este sentido, un ámbito increíble son los bajos de la costa norte de la Isla Martín García, entre punta La Gata y Piedritas.
Con esta rana, la idea es cubrir el área con lances en forma de abanico, rebotándola en el fondo con pequeños saltos, con un timing lento de tensión y relajación. Es imprescindible que el spinner gire impecable desde el comienzo, porque se recupera en tramos cortos de no más de 1 o 1,5 metro. Las vibraciones llaman, despabilan al pez hasta provocar el contacto visual con la rana, que es atacada impiadosamente.
Según el modelo, puede pasar que se marren muchos piques. Al respecto existen dos secretos de oro: alejar el triple 2 o 3 centímetros de la rana para que penetre limpio (y de paso que las tarariras no la tajeén tanto); y esperar un poco en la clavada, ya que como se trata de un engaño blando la tarucha no la escupe enseguida sino que la acomoda en su boca (si nos pasamos con el tiempo puede salir tragada como si se tratara de carnada).
Spin Fish de Alfer’s
Este plug en forma de pecesillo, con un spinner en la punta, resulta endiabladamente efectivo en aguas limpias y abiertas. Testigos de ello son los arroyos y madrejones del Paraná Inferior, como el caso del delta de San Pedro, donde este artificial es casi un mito. No lo he probado personalmente, pero creo que esta efectividad es extensible al resto de la cuenca, especialmente al filo de remansos o albardones profundos bajo los camalotes, donde larga en punta sobre el resto de los señuelos.
Para tarariras se recomienda el modelo más pequeño, de 8 cm, muy adaptable a equipos livianos. La fotografía muestra dos variantes. El marrón acribillado a dentelladas posee un spinner de tipo francés, que gira amplio, más lento y emitiendo fuertes vibraciones. El azul de lomo escamado presenta un spinner de tipo italiano, con el eje atravesando la misma hoja metálica.
Este modelo permite recuperaciones ágiles, teniendo la característica de girar a más velocidad y mayor cantidad de veces en igual distancia. En la elección juegan mucho el gusto y las experiencias que hayan marcado a cada aficionado, aunque la mayoría se inclina por el spinner italiano.
Al contrario de otros engaños flotantes, que profundizan hasta un nivel predeterminado, el Spin Fish se hunde lentamente, facilitando realizar un prospecting en distintos niveles de agua hasta un máximo de 1,5 o 2 metros de profundidad.
Buzzer
Un artificial que explota entrada la temporada, cuando las tarariras se encuentran un poco más rápidas y agresivas con el alza de la temperatura. Originalmente diseñado para el largemounth bass de los Estados Unidos, fue adaptado con éxito por Alfer’s a finales de la década del noventa. Para los ámbitos laguneros, de escasa profundidad, los Buzzer más adaptables son los modelos con hélices plásticas, más livianas, y de acción en superficie. Resultan especiales para tarariras muy metidas en las plantas, algo frecuente a principios de temporada porque entre las algas se generan bolsones de agua un poco más cálida, ya sea por la descomposición de materia orgánica como por que éstas atenúan la mezcla del viento. Dotado de una pollera de gomitas de silicona y una enorme hélice, el Buzzer produce vibraciones muy potentes, rayando la superficie y salpicando agua. Basta una franja limpia de 10 o 15 centímetros de profundidad para que actúe sin problemas.
Como se hunde lentamente, es recomendable cerrar el pick up del reel un instante antes de que toque el agua, evitando trabazones y enganches.
Su peso concentrado y un único anzuelo simple (de alambre grueso, equivalente a un 3/0 o 4/0) lo tornan ideal para equipos de bait casting, normalmente más potentes y de estricta acción de punta. Para mejorar su poder de clavada, algunos aficionados le adicionan un anzuelo extra enhebrado por el ojal, al que inmovilizan con un pequeño o-ring de goma.
Tucan Flex Del
Versión autóctona del famoso Lazy Ike norteamericano, es un clásico entre los clásicos. En mi caso, y creo que en el de cientos de pescadores, resultó mi primer señuelo. Esta inspiración carga sobre la tapa del libro “El ABC del Pescador”, de Alvarito. La imagen, una pintura que me quitaba el sueño de niño, muestra a un enorme tarango a punto de deglutirse un Tucán Flex blanco y rojo (resulta estúpido afirmarlo, pero estoy seguro que es un N° 3).
Barato, fácil de conseguir y excepcionalmente resistente a las dentelladas, posee dos cualidades altamente valoradas: una silueta estilizada y flexible que lo hace muy clavador, y una acción suave que no satura la caña.
Ambas conjugan un señuelo ideal para equipos ultralivianos, de los cuales soy un fanático perdido.
Flotante, se hunde uno o dos palmos según la velocidad de recuperación, convirtiéndose en un engaño muy versátil en cuanto a posibilidades de presentación. El Tucán Flex descolla con taruchas ariscas que huyen o se retraen con artificiales de acción fuerte. Me encanta usar Tucanes en lagunas cristalinas, con alfombras de cola de zorro o gambarrusa bajo una franja de agua libre de 30 a 50 centímetros. A tal fin elijo modelos claros (blanco, amarillo o verde flúo), que se recortan sobre el fondo oscuro. Así puedo controlar visualmente al señuelo todo el tiempo, lo que me pone en el umbral de una pesca de superficie cuando aún es temprano para ella, o donde es imposible o poco rendidora. Recuerdo una enorme tarucha que siguió sigilosamente un Tucán Flex N° 3 (mi preferido) varios metros hasta detenerse a mis pies, a la que pude sacar en un segundo intento pasándole el muñeco por sus narices, al estilo mojarrero. De no haber visto el señuelo, nunca hubiese detectado a la tarucha (totalmente mimetizada) y menos hubiera podido capturarla. En fin, pequeños detalles del spinning a media agua que hacen la diferencia entre pescar y no.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario